Artroscopia Hombro

La articulación Gleno-Humeral (hombro) está dividida en dos espacios, el espacio articular, donde el húmero articula con la cavidad glenoidea y el espacio subacromial por donde discurren los tendones rotadores del brazo.

El hombro es una articulación susceptible de tratamiento artroscópico en diferentes situaciones:

Rotura/Degeneración tendinosa: los tendones más frecuentemente afectados son los que forman parte del llamado Manguito de los Rotadores. Con la realización de una artroscopia se puede reparar el tendón lesionado.
Sutura tendinosa: cuando el tendón presenta una rotura parcial se puede realizar una convergencia de márgenes.

Reinserción: si el tendón se encuentra desinsertado del hueso (arrancado) se pueden implantar pequeños tornillos y acercar el tejido tendinoso al hueso para que se una de nuevo.

Bursitis: inflamación de la bolsa subacromial secundaria al Síndrome Subacromial.

Inestabilidad Gleno-Humeral: cuando se produce una luxación articular, pueden verse alteradas estructuras encargadas de mantener la estabilidad de la articulación (cápsula articular, labrum glenoideo…). Mediante la técnica artroscópica es posible reparar dichas estructuras a menudo con la ayuda de material implantable.

Hombro congelado: limitación de movimiento debido a adherencias. Se realiza una toilette (limpieza) articular artroscópica.

Calcificaciones: en ocasiones se presentan degeneraciones tendinosas rellenas de calcio que afectan al funcionamiento de los tendones y provocan dolor. Dichas calcificaciones se pueden extraer del tendón y a menudo se debe realizar una sutura en la zona del tendón que antes ocupaba la masa de calcio.

Otras: inestabilidad acromio-clavicular, artrosis, atrapamientos nerviosos, etc.

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